En 2003 la Archicofradía estrena su paso para el Stmo. Cristo de la Misericordia de estilo barroco realizado en el taller de Antonio Martín de Sevilla, iluminado por seis candelabros de guardabrisas, produciéndose el estreno de los respiraderos laterales en 2004. Cuenta con ebanistería de Francisco Bailac e iconografía menor de Encarnación Hurtado (2016-2018), respetando también la realizada por Buiza para el antiguo paso. Ese mismo año estrena un llamador realizado en orfebrería plateada, bajo modelo del escultor Antonio Arufe Vianquetti.
La orfebrería del paso de palio es de diversa factura, así los respiraderos y varales son de los Hijos de Juan Fernández y cuentan los primeros con capillas en las que se alojan imágenes de marfil y los segundos con basamentos en cuyos pies figura una pareja de ángeles. La candelería y candelabros de cola son de Jesús Domínguez y en estos es de destacar los acólitos revestidos de dalmática que simulan sostenerlos, que pertenecen también a Buiza. Cabe señalar la corona, la peana y candelabros de entrevarales, que son obra de Jesús Domínguez. Destaca igualmente el conjunto de bambalinas y techo de palio que, procedente de la cofradía sevillana de los Negritos, fue realizado por el bordador Juan Manuel Rodríguez Ojeda y retocados en el taller de Piedad Muñoz, de Albaida del Aljarafe. La saya, manto y bordado de faldones son de Esperanza Elena Caro. En el año 2000 se estrenan unos nuevos faldones. En el año 2002 se inicia la restauración de la orfebrería del palio, con el replateado de los varales realizado por José Manuel Pardo Bornes y la restauración de la candelería en los talleres de Emilio Méndez.
El paso de la Señora de la Palma presenta respiraderos en metal plateado, presididos por la imagen de la Virgen de las Penas, con peana de igual metal, todo ello de Jesús Domínguez. Los candelabros dorados son obra del taller de Fernández del Toro de 1960. La Señora luce saya y manto de raso crema bordado en oro del siglo XVIIII, que fue restaurado por Piedad Muñoz de la Albaida, teniendo también bordados el pecherín y las mangas a juego, siendo de nuevo restaurado y pasado a nuevo tisú el conjunto por el Taller de Bordados ‘Santa Lucía’ en 2005.